Mamita y Papito:
No me mimes demasiado. Yo sé que no debo recibir todo lo que pido, pero así les estoy poniendo a prueba.
No temáis ser enérgicos, prefrió eso a los balbuceos o contradicciones, esa me da mayor seguridad.
No me reprendan en público. Les pondré mayor atención si hablan conmigo a solas.
No me hagas sentir mis errores como si fueran delitos, esa actitud me hace perder la capacidad de juzgarme y juzgar.
No me protejas de todas las consecuencias de mis actos. A veces debo aprender yendo por el camino más difícil.
No te ofendas cuando te digo que eres mala y te odio. Odio si tú fuerza para hacerme fracasar.
No te apures a prometer. Me siento mal cuando no cumples, porque cuando no eres consecuente, me confundes y pierdo confianza en ustedes.
No des excesivo crédito a mi “honestidad”. Cuando temo por ejemplo, yo si soy capaza de mentir con mucha facilidad.
No creas que mis temores son tantos: Son muy graves para mí y podrías ayudarme a recuperar la seguridad en mí mismo si me comprendes.
No aparezcan como el hombre o la mujer perfecta incapaces de equivocarse. Es doloroso para mí descubrir sus fallas.
Quiéreme, ámame mucho, pero inteligentemente. Con amor Tu hijito(a)
SI AMAS A TU HIJO
| Contéstale, no le informes. Protégelo, no le cubras. Ayúdalo, no lo reemplaces Abrígalo, no lo tapes. Ámalo, no lo idolatres. Acompáñalo, no lo lleves. Muéstrale el peligro, no lo atemorices. Incorpóralo, no lo aísles. Aliéntalo en sus esperanzas, no lo desencantes. No le exijas ser el mejor, pídele que sea bueno Y dale tú el ejemplo.
| No le prodigues amor, rodéalo de amor. No le enseñes a “ser”, se tu como quieres que el sea. No le dediques la vida, vivan todos juntos. Recuerda que tu hijo, no sólo te escucha, también te mira. Y finalmente cuando rompa la jaula del canario, no compres otra. ¡Enséñale a vivir sin puertas! |
